Antes que nada, es importante entender que esta situación es temporal. Con el paso de los días seremos capaces de acostumbrarnos a esta nueva etapa y vivir una cotidianidad saludable. En esta nota repasaremos consejos para poder lograr rutinas y hábitos saludables adaptados.
Seguí una rutina
Elegí horarios para los días de semana y para el fin de semana, tanto para levantarte como para irte a dormir.
Al inicio de la jornada diagramá las actividades que querés hacer. Sé realista con la cantidad de tareas elegidas, no se puede hacer todo en un día. También elegí una hora límite para la cual dejás las responsabilidades y te dedicas al tiempo libre.
Dentro de ese diagrama incluí también el entrenamiento pactado con el profesional (entrenador, psicólogo, preparador físico, kinesiólogo). Si podes llevarlo a cabo al aire libre y/o al sol, ¡mejor! Siempre recordá que tenés que hidratarte adecuadamente.
Ser deportista sin salir de casa
Es un gran momento para adquirir nuevas habilidades psicológicas, hay tiempo de práctica disponible y una buena parte de este tipo de aprendizaje se puede realizar en una habitación.
Aprendé a visualizar, a gestionar tus emociones, a creer en vos, a manejar el estrés y a tolerar mejor la frustración.
Siempre es buen momento para aprender. El entrenamiento técnico-táctico puede continuarse: leyendo libros deportivos y mirando videos. Consultá con tu entrenador para que te dé opciones y elegí la que más te interese.
Cuidado personal
Practicá la relajación muscular progresiva y los ejercicios de respiración diafragmática. Pueden ayudarte mucho con la tensión propia de esta nueva situación. Si necesitas ayuda, ¡contactame!
Evita la sobreinformación seleccionando períodos en donde consumir información. Máximo dos veces al día, por 30 minutos, de fuentes confiables y preferentemente periódicos (las notas tienen un menor efecto de "enganche" que, por ejemplo, los canales de noticias con ciclos de 24 horas).
Las redes son una espada de doble filo. Está bueno para sentirse conectado, pero también hay que limitarlas. Existen opciones dentro de los sistemas operativos para hacerlo.
Favorecé el intercambio social de calidad: primero el presencial en tu propia casa, luego mediante llamadas o videollamadas. El chateo (por ej., Whastapp e Instagram) puede volverse pernicioso fácilmente. Esto sucede porque generalmente circula información falsa, imprecisa y reiterativa. Además el mantenimiento de varias conversaciones al mismo tiempo, fatiga y estresa rápidamente al cerebro y lo vuelve más proclive a la irritabilidad y ansiedad, entre otras consecuencias negativas.
La música es una gran aliada en estos momentos. Utilizala para relajarte en tu tiempo libre o para energizarte cuando toque entrenar.
Si sentís irritabilidad, ansiedad, cambios de humor, hiperactividad, pesimismo, enojo, dificultades para dormir y despertarte, sensación de pérdida de control, no dudes en contactarme a mí o a un profesional de la salud. Una consulta con un psicólogo clínico puede serte de gran utilidad.
Por si todavía no lo escuchaste: ¡lávate las manos con agua y jabón SEGUIDO por mínimo 20 segundos! :D
Espero que estos consejos te ayuden a establecer una rutina saludable. Cualquier duda contactame.
¡Saludos!
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Esta nota fue escrita con el aporte de la Lic. María de los Ángeles Corró Molas (@equipo_improve) y la Lic. Lucila Canu (lucilacanu@gmail.com).
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